El sicario libre y la posibilidad de un Estado infiltrado
La noticia parece extraída de un thriller latinoamericano cualquiera: un sicario formalizado por homicidio, con orden de prisión preventiva, es liberado en tiempo récord gracias a una resolución judicial que no corresponde y que Gendarmería ejecutó casi mecánicamente. Lo insólito —lo aterrador— es que esto ocurrió aquí, en nuestro país. Osmar Ferrer Ramírez, presunto asesino del “Rey de Meiggs”, hoy está libre. Y con él, la certeza de que el Crimen Organizado ya no sólo toca la puerta de nuestras instituciones: está adentro.